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La acústica pasiva utiliza los sonidos que emiten los cetáceos cuando se comunican o para ubicarse en el espacio. Las grabaciones acústicas se realizan con hidrófonos, es decir, unos micrófonos desarrollados específicamente para escuchar los sonidos marinos. Durante las campañas en el mar, los hidrófonos pueden remolcarse detrás del barco o sumergirse regularmente (en los puntos de escucha). Los hidrófonos también pueden fijarse al fondo marino para estudiar las especies presentes durante un largo periodo en una zona definida y también es posible fijar un hidrófono a un animal de forma muy temporal para estudiar la comunicación entre individuos. La observación acústica tiene varias ventajas sobre las observaciones visuales: facilita la detección de especies discretas, como las que permanecen mucho tiempo sin salir a la superficie, permite recoger datos por la noche y reduce en gran medida el tiempo empleado en el terreno. Sin embargo, la técnica acústica es relativamente reciente y todavía no permite recoger tanta información como las observaciones visuales; por ejemplo, todavía no permite identificar todas las especies de cetáceos, ni contar los individuos o determinar los estados de madurez.
En los últimos años, se han llevado a cabo varios programas de estudios acústicos en la región, por ejemplo:
En 2016 y 2017, se llevó a cabo el proyecto CHAMP (Caribbean Humpback whale Acoustic Monitoring Program) que tenía como objetivo aumentar el conocimiento sobre las ballenas jorobadas alrededor de 6 islas del Caribe con hidrófonos fijados en el fondo. Contó con el apoyo de la NOAA. Encontrará los detalles de este estudio en su publicación.
En 2019-2020, la asociación del Proyecto Cachalote Dominicano (DSWP) y el Laboratorio Whitehead de la Universidad de Dalhousie (Nueva Escocia) realizaron una serie de campañas en barco con un hidrófono remolcado en las Antillas Menores para estudiar la comunicación en cachalotes.
En 2020, el proyecto Interreg CARI’MAM llevó a cabo un importante trabajo para la creación de una red de actores de la Región Gran Caribe que colaborarán en la puesta en marcha de un "Observatorio Acústico", con una veintena de hidrófonos desplegados por todo el archipiélago, desde las Bermudas en el norte hasta Bonaire en el sur. Se sumergirán a una profundidad de veinte metros durante un año. El objetivo es que los gestores perfeccionen su conocimiento sobre las especies presentes en sus aguas a lo largo del año y que desarrollen sus competencias en estudios acústicos. Estos hidrófonos son modelos "JasonBlue", desarrollados por la Universidad de Toulon en el sur de Francia. Tienen la particularidad de registrar una gama muy amplia de frecuencias sonoras y, por tanto, pueden grabar los sonidos de todas las especies de cetáceos que viven en el Caribe (incluso los que resultan inaudibles para el oído humano).
Descubra a continuación algunas grabaciones de especies de cetáceos comunes en la región:
La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae)
El cachalote (Physeter macrophalus)
El delfín manchado del Atlántico (Stenella frontalis)